... HURTFEW ABBEY : Todos para uno. Uno para todos

21/10/09

Todos para uno. Uno para todos


12 a.m, tapia de los Carmelitos Descalzos, Vaugirard, París, 1630

¡Ah! – exclamó Porthos, ¿Pero que es esto?
-Éste es el señor con quien me bato- dijo Athos señalando con la mano a D’Artagnan.
-Con él me bato también yo- dijo Porthos.
-Pero a la una- respondió D’Artagnan.
-Y también yo me bato con este señor- dijo Aramis, llegando a su vez al lugar.
-Pero a las dos- dijo D’Artagnan con la misma calma.
-¿Se puede saber por qué te bates tú, Athos?
-A fe que no lo se demasiado, me dañó el hombro. ¿Y tú, Porthos?
-A fe que me bato porque me bato- respondió Porthos enrojeciendo.
Athos, que no se perdía una, vio pasar una fina sonrisa por los labios del gascón.
-Hemos tenido una discusión sobre indumentarias- dijo el joven.
-¿Y tu, Aramis?
-Yo me bato por teología…-respondió Aramis haciendo al mismo tiempo una seña a D’Artagnan con la que rogaba tener en secreto la causa del duelo. Athos vio pasar una segunda sonrisa por los labios de D’Artagnan.
-Si, claro, un punto de San Agustín sobre el que no estamos de acuerdo- dijo el gascón.- Y ahora que estáis juntos, señores, permitidme que os presente mis excusas
A la palabra “excusas”, una nube pasó por la frente de Athos, una sonrisa altanera por la de Porthos, y una señal negativa fue la respuesta de Aramis.
-No me comprendéis, señores- dijo D’Artagnan levantando la cabeza-: os pido excusas en caso de que no pueda pagaros mi deuda a los tres, porque el señor Athos tiene derecho a matarme primero, lo cual quita mucho valor a vuestra deuda, señor Porthos, y hace casi nula la vuestra, señor Aramis. Y ahora, señores, os lo repito, excusadme, ¡y en guardia!


"Los Tres Mosqueteros" Alexandre Dumas, 1844

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