... HURTFEW ABBEY : Cyrano dixit

5/10/09

Cyrano dixit



¿Y qué tengo que hacer?
¿Buscarme un valedor poderoso, un buen amo, 
y al igual que la hiedra, que se enrosca en un ramo 
buscando en casa ajena protección y refuerzo, 
trepar con artimañas, en vez de con esfuerzo?
No, gracias
.
¿Ser esclavo, como tantos lo son, 
de algún hombre importante? 
¿Servirle de bufón 
con la vil pretensión de que algún verso mío 
dibuje una sonrisa en su rostro sombrío?
No, gracias.

¿O tragarme cada mañana un sapo,
 llevar el pecho hundido, la ropa hecha un harapo
 de tanto arrodillarme con aire servicial?
¿Sobrevivir a expensas de mi espina dorsal?
No, gracias.

¿Ser como ésos que veis a Dios rogando
 –oh, hipócritas malditos– y el mazo dando? 
¿Y que, con la esperanza de alguna sinecura, 
atufan con incienso a quien se les procura?
No gracias.

¿Arrastrarme de salón en salón 
hasta verme perdido en mi propia ambición? 
¿O navegar con remos hechos de madrigales
 y, por viento, el suspiro de doncellas banales?
No gracias.

¿Publicar poniendo yo el dinero de mi propio bolsillo?
Muchas gracias, no quiero.
¿Hacerme nombrar papa en esas chirigotas 
que en los cafés celebran, reunidos, los idiotas?
No gracias.

¿Desvivirme para forjarme un nombre 
que tenga el endiosado lo que no tiene de hombre?
No, gracias.

¿Afiliarme a un club de marionetas? 
¿Querer a toda costa salir en las gacetas? 
¿Y decirme a mí mismo: no hay nada que me importe 
con tal de que mi ingenio se cotice en la Corte?
No, gracias.

¿Ser miedoso? ¿Calculador? ¿Cobarde? 
¿Tener con mil visitas ocupada la tarde? 
¿Utilizar mi pluma para escribir falacias?
No gracias, compañero. La respuesta es: no gracias.

Cantar, soñar, en cambio. Estar solo, ser libre.
Que mis ojos destellen y mi garganta vibre.
Ponerme, si me place, el sombrero al revés,
batirme por capricho o hacer un entremés.

Trabajar sin afán de gloria o de fortuna.
Imaginar que marcho a conquistar la Luna.
No escribir nunca nada que no rime conmigo y decirme, modesto:
ah, mi pequeño amigo, que te basten, las flores las frutas y las hojas,
siempre que en tu jardín sea donde las recojas.

Y si por suerte un día logras la gloria así,
no habrás de darle al César lo que él no te dio a ti.
Que a tu mérito dabas tu ventura, no a medra,
y en resumen, que haciendo lo que no hace la hiedra,
aun cuando te faltare la robustez del roble,
lo que pierdas de grande, no te falte de noble.

  
"Cyrano de Bergerac" Edmond Rostand, 1897

2 comentarios:

  1. ah!! ya en el siglo diecisiete había lameculos (y mucho antes seguro que también)

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  2. el lameculos es una especie tan vieja como el hombre XD Y anda que no mola ver a Gerard Depardieu dandoles leña, jejeje

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