... HURTFEW ABBEY : noviembre 2020

25/11/20

De pájaros y nidos



El eucalipto, que era más alto que el pino y que los más viejos árboles, daba albergue a una pareja de cuervos y estba orgulloso de haber sido seleccionado, porque esas aves buscan siempre los cúlmenes muy elevados y de difícil acceso. Un día en que su esencia se evaporaba al fuerte sol con tanta abundancia que todo el boque olía a eucalipto, se decidió a conversar con el poste telefónico, y le dijo:

- He notado que no adoptó usted ningún nido, Señor. Quizá porque no conoce aún a los pájaros que aquí viven y no ha hecho su elección. Me gustaría orientarla, pues supongo que usted sostendrá un nido con agrado. Nos convierten en algo así como un regazo maternal. Yo alojo a unos cuervos. No molestan, pero confieso que son poco decorativos. Quisiera recomendarle a usted las oropéndolas. Ya habrá visto oropéndolas en Cecebre. Pues bien, cuelgan sus nidos con tanta belleza y originalidad que no desmerecería de las que a usted le ennoblecen.

El poste crujió. 

"El bosque encantado"  Wenceslao Fernández Flórez. Edición Austral, 20020

Cantar al vino


 
Allá donde florezca el arrayán,
donde haya vino y laúdes,
detente, no des un paso más,
y que escancie la bebida
la copera que inspira
los poemas; que bailotee
el vino fresco en las copas;
que destellen las burbujas
en la mezcla como soles
o rayos en la tormenta.

Abu Nuwás "Cantar al Vino" Cátedra 

Una muerte tranquila lejos del mar


 Mas luego que en tu mansión hayas dado muerte a los pretendientes, ya con astucia, ya cara a cara con agudo bronce, toma un manejable remo y anda hasta que llegues a aquellos hombres que nunca vieron el mar, ni comen manjares sazonados con sal, ni conocen las naves de encarnadas proas, ni tienen noticia de los manejables remos que son como las alas de los buques. Para ello te diré una señal muy manifiesta que no te pasará inadvertida. Cuando encontrares otro caminante y te dijera que llevas un aventador sobre el gallardo hombro, clava en tierra el manejable remo, haz al soberano Poseidón hermosos sacrificios de un carnero, un toro y un verraco, y vuelve a tu casa, donde sacrificarás sagradas hecatombes a los inmortales dioses que poseen el anchuroso cielo, a todos por su orden. Te vendrá más adelante y lejos del mar una muy suave muerte (...). 


Homero "Odisea"  Edición Austral singular 2019