... HURTFEW ABBEY : Speaking dowayo

4/10/09

Speaking dowayo




Mi vacilante dominio de la lengua africana constituía otro peligro grave. La obscenidad nunca andaba lejos en el idioma dowayo. Una variación de tono convierte la partícula interrogativa, que se añade a una frase para transformarla en pregunta, en la palabra más malsonante del idioma, algo parecido a “coño”. Así pues, solía yo desconcertar y divertir a los dowayos saludándolos de este modo tradicional:

“¿Está el cielo despejado para ti, coño?”

Un día me llamaron a la choza del jefe para presentarme a un brujo con poderes para propiciar la lluvia. Se trataba de un valiosísimo contacto y yo llevaba semanas pidiéndole con insistencia al jefe que arreglara un encuentro. Conversamos educadamente, tanteándonos uno a otro, y convenimos en que le haría una visita. Yo tenía prisa por marcharme porque había comprado un poco de carne por primera vez en un mes y la había dejado al cuidado de mi ayudante. Me levanté y le estreché la mano cortésmente. “Discúlpeme-dije-, tengo que guisar un poco de carne.” Al menos es lo que pretendía decir, pero debido a un error de tono declaré ante una perpleja audiencia: “Discúlpeme, tengo que copular con el herrero”.

Los habitantes de mi poblado se volvieron rápidamente expertos en traducir lo que había dicho a lo que quería decir. Es difícil discernir hasta dónde se incrementó mi dominio de la lengua y hasta dónde les enseñé a entender mi chapurreo particular.


“El antropólogo inocente. Notas desde una choza de barro” Nigel Barley, 1989

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